Por: Joel Chirinos
Sentado en su silla, mostrando
una mirada que hablaba más que mil palabras, que fulguraba recuerdos de una
juventud llena de arreos, de cantos, de amores, de luchas y de una vida
recorrida, orgulloso de haber sembrado la semilla, que hoy día, está convertida
en el frondoso árbol, cuyos frutos dan continuidad a una tradición folclórica,
allí estaba esperando Don Juan Eleuterio Chirinos, mejor conocido como “Tello”.
Este cultor serrano, nació en
San Hilario, un 17 de mayo de 1913, descendiente de Patricia Chirinos, dama
proveniente de La Sibucara, una localidad ubicada al occidente falconiano, y
criado por Leandro Carache, “un serrano como la urupagua”. A temprana edad,
aprendió los rudimentarios trabajos del campo, fue un arriero, conuquero y
vendedor de panela entregado en cuerpo y alma a su faena. “¡Caramba, en
aquellos tiempo yo me venía en burro hasta Coro a vender panelas en donde
llamaban El Chupulún!”, Recuerda con añoranza y luego carcajea.
En medio del labrantío y el
arreo, Eleuterio, descubre su fascinación por la trova y el canto, es así como
a la edad de 8 años, compone su primer romance dedicado a “la Virgen María, la
Madre de Dios”. Desde entonces, es autor de innumerables salves, estribillos,
romances, pavanas, pasacalles, merengues serranos y décimas, entre ellas, una
dedicada a aquellos que les gusta pedir “fiao”, y que otros decimistas
denominan “La Décima del Fiador”. A continuación un extracto de su letra:
Señol si me puede fial
un colte de pantalón
nueve varas de cretón
que sean de regulal
una camisa de gual
un mecate que sea grueso
cinco franelas de a peso
una espuela con correa
sin quitáseme la idea
de yo quedalme con eso
A sus 94 años, Eleuterio
recuerda sus aventuras: “Nos juntábamos Hilario Miranda, Ramón Talavera,
Perfecto Carache, Lupercio Colina, Agustín Medina, Teofilo Castro, y ¡otro que
no me acuerdo carajo!, formábamos la parranda e íbamos de casa en casa,
recorríamos Cabure, El Ramonal, San Hilario, Caritupe, el Cantón, Pueblo
Aparte, y otros caseríos”.
Evoca, que en Pueblo Aparte,
“cantaban en honor a La Cruz Grande, una tradición celebrada todos los 3 de
mayo, donde entre siete o más personas, acompañados por el canto de una salve,
tumbaban una cruz que medía aproximadamente unos 5 metros, adornada y calzada
en un montón de piedras, esa cruz debía ser levantada nuevamente con el mismo
ritual con que se tumbaba.
Salveros de San Hilario
“La Sierra le teme a la ira del Señor y se cuida mucho de incurrir en
violaciones a las leyes divinas”, de allí que “La Salve” se convierte en
cadencia predominante entonada en cabos de año, velorios de la cruz, fiestas
patronales, navidad, y rosarios “cantaos”, ceremonias que denotan el
condicionamiento familiar por ente espirituales católicos.
Don Eleuterio Chirinos y su hija María de los Santos, junto a Aurelio
Rodríguez, Albonio José Chirino, Dionisio Sangronis, Víctor Castro, Luís Manuel
Paz, Eustoquio Rodríguez, José Valentín Medina Hernández y Pascual Sangronis,
dan vida en 1986, a “Los Salveros de San Hilario”, declarados por el Gobernador
Jesús Montilla Aponte, “Patrimonio viviente del estado Falcón”, en junio del
2002.
Hoy, son una agrupación de larga trayectoria dentro de la música
tradicional serrana y, en su mayoría, integrada por humildes cultores de más de
70 y 80 años de edad, dirigidos por María de Los Santos, cantautora y excelente
tamborera, quien con mucha honra y dignidad, los ha llevado a presentaciones en
diversas regiones del territorio nacional, dejando en alto el sentir serrano y
el hecho de ser patrimonio viviente y orgullo de Falcón.
María de los Santos Chirinos, es una regia exponente de nuestro
folklore, músico autodidacta. Esta salvera, manifestó su orgullo de ser hija de
un hombre luchador, con una vida llena de talento y que, “ahí sentado aún sigue
en la lucha”.
Recuerda con carisma, que con apenas 17 años, comenzó a seguir los pasos
de su padre. La décima “La Arigua”, según refiere el texto “Patrimonio
Falconiano”, editado por la Asociación Cultural José Leonardo Chirinos, la
inicio en el canto de Salves para posteriormente formar parte del Grupo Cabure
durante la I Feria de la Urupagua.
1 comentario:
A la semana de haber realizado la entrevista a Don Eleuterio y su hija María, el salvero partió al encuentro con Dios, quien seguramente lo requería para cantar las salves en el cielo.
El autor.
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