Por: Joel Chirinos
La Paradura del Niño Jesús es una de las tradiciones emblemáticas de los Andes venezolanos. Sin embargo, en el estado Falcón, específicamente en el sector Curazaíto de la ciudad de Coro, también se celebra de una manera muy particular, en los días posteriores a la Nochebuena, especialmente cada segundo sábado de enero.
La Paradura del Niño Jesús es una de las tradiciones emblemáticas de los Andes venezolanos. Sin embargo, en el estado Falcón, específicamente en el sector Curazaíto de la ciudad de Coro, también se celebra de una manera muy particular, en los días posteriores a la Nochebuena, especialmente cada segundo sábado de enero.
Madres
pidiendo sabiduría para criar correctamente a sus hijos, petitorias por la
salud, la prosperidad, el amor y la paz, agradecimientos al niño Dios por los
favores concedidos y una profunda fe manifiestan cada los habitantes de ese
sector afrodescendiente, mediante esta ceremonia.
La actividad
consiste en un recorrido acompañado por cantos, parrandas y golpe serrano, el
cual inicia en la casa de la Señora Noemí Sibada, ubicada en la Calle Colón,
entre Verdad y Colombia, y recorre las calles de la comunidad, extrayendo de
cada hogar la figura representativa del niño Jesús, para luego pasearlos en una
tela blanca tomada por las cuatro esquina por los niños lugareños.
La procesión
culmina en el punto donde inicia y se procede al bautizo de cada imagen
recogida. Una madrina de vela, una de agua y otra principal, hacen la
cristianización de cada imagen con la acostumbrada rogativa: “Yo te bautizo en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
Finalmente,
se reza el rosario, donde los devotos, apoyados en la fe que profesan por el
salvador del mundo, hacen plegarias a Dios y a la Virgen, para que sean
resueltos todos los problemas, tanto personales y familiares, como del país y
del mundo entero.