...Halaba escardilla y pilaba maíz, pero su faena era acompañada por un sueño,
ser artista”
Por:
Joel Chirinos
En los hermosos parajes de La Sierra falconiana, en un poblado llamado
Las Mazas, ubicado en la parroquia San Luís del municipio Bolívar, allí se
llevó a cabo el encuentro con Benigno Rafael Rivero Curiel, hombre infundido de
un amor profundo por su gente, sus raíces y por esa naturaleza mágica inmersa
entre las montañas que componen nuestra serranía.
Contó que nació en esa misma localidad, un 13 de febrero de 1954, del
vientre de Doña Flora Cristela Curiel, quien era costurera y artesana; siendo
su padre, Don Ángel Rafael Rivero, un agricultor, salvero, poeta y arriero.
“Durante mi niñez y adolescencia, ayudaba a mi padre en las labores del
campo. Pajareaba, es decir, espantaba los pájaros de la siembra; además halaba
escardilla y pilaba maíz. Mi faena era acompañada por un sueño, ser artista”,
relató.
A los 14 años abandona su tierra natal para continuar sus estudios, pero
el destino conspiraría para que se realizara su sueño. Es así como ingresa a la
Escuela de Teatro “Ramón Zapata”, en Valencia, donde hizo “El Crepúsculo del
Diablo”, de Don Rómulo Gallegos, cortometraje donde participa como
coprotagonista. Luego realiza estudios de danza, en la Escuela de Folklore del
estado Carabobo, hoy Escuela de Folklore “Benito Galarraga”.
Comienza así una loable trayectoria artística, dictando talleres,
conformando grupos de bailes y realizando innumerables presentaciones en diversos
estados venezolanos. Agrupaciones como: Estampas Nacionalistas “La Quizanda” en
Carabobo, Danzas “Kanoa” en Caracas, Estampas Nacionalistas “Charallave” en
Miranda, Danzas “Un Canto a Venezuela” en Miranda, el Taller de Danzas “Rafael
Rivero”, declarado patrimonio cultural del Municipio Tomás Lander del estado
Miranda, Danzas “Cabure” y el Movimiento Cultural “Las Mazas” en Falcón, el más
significativo de sus sueños por ser ésta su comunidad natal, deben su
existencia a este cultor falconiano.
Trayectoria en Danzas Venezuela
Fue en el año 1975, cuando se presentaban Yolanda Moreno y Danzas
Venezuela, en el Gimnasio Cubierto “Teodoro Gubaira”, donde Rafael hizo los
primeros contactos. Luego comienza a recibir clase de danza y pronto muestra
una gran capacidad debido a su talento natural.
“Mi mayor sueño era pertenecer a esta agrupación y lo logré, -dice con
orgullo-, también fui partenaire de la bailarina del pueblo, Yolanda
Moreno, en diversos montajes coreográficos”.
Paralelo a Danzas Venezuela, empieza a recibir clases con el Grupo
Ditirambo, participa en un casting para la novela Pobre Negro y así incursiona
como actor extra en dicho proyecto. Del mismo modo, recibió clases de actuación
en “Los negros no hacen silencio”, con Enrique Lafontaine. También participa
como actor extra en las novelas Angélica, protagonizada por Mayra Alejandra y
Carlos Olivier, y La Zulianita, con Lupita Ferrer junto a José Bardina. Además
tuvo varios papeles en el Show de Joselo.
Tanto con Danzas Venezuela como con la agrupación Ditirambo, recorre un
periplo artístico por el exterior, dejando en alto el gentilicio venezolano.
Entre los países que disfrutaron su talento se encuentran: Puerto Rico, en el
Festival del Coquí con actuaciones en el Condado San Juan Viejo de esa Isla;
República Dominicana, en el Teatro de Bellas Artes en la ciudad de Santo
Domingo; Italia, en el Festival Internacional “El almendro en flor” realizado
en Agrigento, al sur de Sicilia, continuando su gira por las ciudades de Roma,
el Vaticano, Nápoles y Sorrento; Estados Unidos, en el Lincoln Center de New
York; y Ecuador, inaugurando el Teatro “León Febres Cordero” en Guayaquil. Con
Danzas “Rafael Rivero” también viaja a Turquía, al XII Festival Internacional
“23 de Abril” en Ankara.
Una de las experiencias más notorias de Rafael Rivero como bailarín, fue
en 1987. En esa oportunidad, se estrenó una danza que lo definiría como el
“Verraco de la Escena”, interpretando al Negro Miguel “Rey de los Negros”,
temporada realizada en el Teatro Teresa Carreño, donde también interpretó a
Faustino Parra en la danza negra “La Mala Intención”, intercambiando roles con
Yolanda Moreno.
Son muchos los méritos que ha obtenido, aunque para él el reconocimiento
más grande será siempre la satisfacción del deber cumplido. No obstante, su
trayectoria cultural le ha valido para ser homenajeado en importantes actos
nacionales e internacionales, ser condecorado con la Orden “José Félix Rivas”
en su única clase, galardón que se otorga a las grandes figuras del arte;
igualmente con la Orden “Monseñor Rivero Reyes” en su única clase y la Orden
“Agustín García” y la proclamación como Patrimonio Cultural Viviente del
municipio Bolívar del Estado Falcón, entre otros reconocimientos por su
trayectoria.